Un Diamante con Defecto

“Pondrás las dos piedras en las correas del ephod, piedras de recordatorias para los hijos de Israel, Aaron llevara sus nombres antes HASHEM sobre sus dos hombros como recordatoria” – Shemos 28:12

Moshe fue ordenado que hiciera vestiduras para los Kohanin

Moshe fue ordenado que hiciera vestiduras para los Kohanin. Incluido dentro de esto estaba el ephod, una pieza de ropa similar a un delantal, con dos correas aguantando

el avnei shoham, marcos de oros que contenían las piedras presiosas. HASHEM le dijo a Moshe que grabara los nombres de las doce shvatim en estas piedras como recordatoria. Rashi explica esto era para que la memoria de Reuvain, Shimon, Levi etc. fueran envocada cuando el Kohain Gadol hacia el avodah, y HASHEM entonces recordaría sus rectitudes.

El shvatin peco

Este Rashi es difícil de entender. El avodah del Kohain Gadol es vital y súper sensitivo; la mera existencia del mundo depende de esto. Como resultado hay muchas cosas que son evitadas en el avodah para que así ni un mínimo recuerdo del pecado fuera traído. Mientras que no hay ninguna duda que los shvatim eran hombres de grandezas extraordinarias, sus grandezas fueron también manchadas con el pecado de la venta de su hermano. Ellos tenia una explicación por lo que hicieron, pero aun así ellos lo planearon y realizaron el atento para matar a Yosef, uno de los mas grandes tzaddikim en la historia de la humanidad. ¿Acaso, ese pecado no les afecto quien ellos eran? ¿Acaso, esto no seria suficiente razón para no mencionar sus nombres en esta situación tan critica?

Cada diamante tiene su defecto                            

La contestación es basada en algo de perspectiva. Un diamante es un objeto de belleza, aun cuando una pequeña imperfección devalúe su valor grandemente. Un pequeño defecto puede transformar una piedra invaluable y convertirla en una piedra sin valor alguna. De todos modos, no todos los defectos destruyen el valor de un diamante.

Imagínese que frente a usted están dos diamantes, uno piedra bellamente cortada con un defecto mínimo, y la otra igual que la anterior, pero sin ninguna falla – un diamante perfecto. Podríamos asumir que el diamante sin ningún defecto seria mucho mas valioso que el otro. Si le preguntaríamos a un experto en diamantes que valorizara los dos, no cabe duda que la diferencia entre ellos es enorme. El diría que el diamante con el defecto mínimo es valorizado una fortuna mientras que el diamante perfecto casi no tiene valor alguno – ¡porque es falso!  Uno de las señas que un diamante es verdadero es que tiene un defecto. Puede que sea una imperfección muy pequeña y tal vez indetectable, todo autentico diamante tiene su defecto. Los únicos diamantes perfectos son hecho de cubic zirconio, y son joyas de categoría.

HASHEM el ser humano sabiendo que el pecaría

Y así el ser humano. Cuando HASHEM formo al hombre, no era para que el fuera perfecto. La perfección descansa a nivel de los molochim.  Un moloch puede pasarse la vida entera sin pecar. Como tal un molochim es perfecto. Pero un molochim no son hombres. El hombre y solamente el hombre se le ha dado la oportunidad única en toda la Creación: para determinar su destino o bien sea llegando a ser el mas grandioso de todos o bien degradándose mas bajo que los animales.

Permitiéndole al hombre crear adonde quiere llegar para la eternidad, HASHEM le doy el libre albedrio. Sin embargo, libre albedrio no quiere decir la habilidad teorética para escoger. Quiere decir que el es colocado en situaciones donde el escoger es posible y cualquiera opción es real. El hombre tiene que ser desafiado. Para permitirle eso, el hombre tiene que ser tentado para escoger cualquiera, el bien o el mal y tiene que tener la habilidad de hacer un error. Todo hombre tiene, y cada hombre cometerá errores. Algunos serán grandes y otros serán pequeños, pero la idea de que el hombre viva sin pecado no ha pasado todavía ni sucederá nunca.

En el final de sus días, el hombre no es medido por cuanto a pecado. El será medido por la grandeza que haya alcanzado. El verdadero daño del pecado es que no le permitió crecer. Si una persona se ensucia con el pecado, entonces su enfoque es desviado, sus energías consumidas, y no llega ha ser ni una fracción de lo que puedo haber sido. Aun mas, sabemos que todo hombre ha pecado y pecará.

Los shvatim fueron como diamantes defectuosos

La contestación ha esta pregunta en Rashi parece ser que los shvatim eran en verdad hombres de grandezas inimaginables, pero también tenían defectos y pecaron. Cada uno se podría comparar a un diamante de 200 carat con una imperfección. Ellos eran grandísimos, bellísimos diamantes –con defectos.

Cuando mirando a un diamante, usted puede ver su defecto. Para poder reconocerlo debe de mirarlo a través de una lupa de joyero que magnifique la piedra por un poder de diez veces o mas. Solamente a través de un escrutinio directo es cuando el defecto es evidente. Siempre esta presente, pero no se puede ver a simple vista. Solamente todo lo que el ojo puede ver es el brillo y la reflexión de la luz en un objeto de suma belleza.

¿Como seré yo en Olam Habbah?

Este concepto es de suma pertinencia para nosotros. Las personas se preguntaran a menudo, “¿Como será para mi en el mundo venidero? Yo he hecho muchas cosas buenas en mi vida, pero yo no soy un gran tzaddik . También he hecho muchas cosas que no han sido buenas, y no puedo ni decir que he hecho teshuvah por todo eso.

“Para la eternidad, seré exactamente lo que yo me convertí. ¿Entonces, que clase de Olam Habbah voy a tener? Caminaré con mis fallas permanentemente como parte de mi. ¿Como podre disfrutar de la eternidad cuando estoy manchado -- permanentemente ensuciado?

Yo seré como un diamante defectuoso

Esto Chazal nos dice que nuestras imperfecciones son eso mismo, y a menos que las quitemos a través de la tshuvah, estarán en nuestro expediente permanentemente. De todos modos, lo que quiere decir esto es que tendremos defectos, como un diamante. A lo mejor seré un diamante de dos-carat, tal vez uno de cuatro-carat pero sin duda una piedra preciosa. Una no cancela la otra. El defecto no es eliminado, ni su brillantez eliminada. Las dos cualidades están allí. Seré un diamante con un defecto.

Mi tarea ahora, mientras que yo tenga tiempo, es de mejorar la calidad del diamante y de eliminar sus fallas. Aprendiendo Torah, haciendo mitzvahs y trabajando en mis middos, yo cambio el peso, el color y la claridad de la piedra. Quien seré yo para la eternidad, esta en mis manos. Si presto mi atención y energías en el crecimiento, mi recompensa será un perfección mas valiosa que el diamante mas fino extraído.

Para más sobre este tema escuche el Shmuz #16 – Olam Habbah es el Motivador.

Penina Parnasa - Traductora